Según cuenta Osvaldo Gross en su Pastelería Base, el origen de las madeleines (Magdalenas) se remonta al siglo XVIII cuando una aprendiz de pastelería llamada Madeleine Paulmiere al servicio del ex-rey de Polonia Stanislav Leszczynsky, las ideó y sirvió con gran éxito en un servicio de té en palacio. Poco después la hija del noble se casó con Luis XV de Francia y estos ponquesitos fueron a dar a las mesas de Versailles. Se cuenta que después de la Revolución Francesa la receta fue vendida por mucho dinero a los pasteleros de Commercy, una pequeña ciudad en Lorraine, quienes hicieron de ellas el orgullo de la ciudad.
Otras fuentes señalan que las magdalenas se remontarían a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela , al parecer una joven llamada Magdalena habría servido a los peregrinos unos pastelitos en forma de concha, símbolo de este peregrinaje.
Pero fue de la mano de Marcel Proust cuando alcanzaron la inmortalidad alrededor de 1912 en su celebre novela En Busca del Tiempo Perdido ( Por el camino de Swann). Uno de los fragmentos más conocidos de dicha novela es cuando el narrador evoca recuerdos de su infancia al comer una madeleine con una taza de té que asocia el sabor, textura y aroma de las que había probado en casa de su tía Leoncia durante los viajes que hacía con sus padres durante su niñez. Con ello, una sencilla Magdalena se ha convertido en el símbolo proustiano del poder evocador de los sentidos. De allí que históricamente sea socialmente aceptado remojarlas en café o té.
Mas recientemente en el año 2006 fueron escogidas para representar a Francia en el Café Europe, iniciativa de la Presidencia Austríaca de la Unión Europea para festejar el Día de Europa .
Lo cierto es que estos famosos pastelitos que se hornean en un molde en forma de concha (tambien en capacillos o pirotines) son muy ricos. Las de la foto son las naturales con aroma de sarrapia ( en lugar de la vainilla de la receta original), pero también he hecho las de limon con almendras y semillas de amapola y las de chocolate ( todas deliciosas). Preparando este post encontré que tambien tengo la receta de unas de gianduja, de lemon-verbena ( conocida como cedrón o verbena de Indias) y otras de chocolate blanco y almendras, colocadas desde hoy en la lista de los "pendientes" ya las haré y les contare que tal ( si es que consigo el tal cedrón).
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